Martina Martínez Tuya

 

 

Literatura y salud mental del adolescente

 

 

En mi experiencia con adolescentes ha sido en las clases de Literatura en las que he visto más clara la responsabilidad del adulto en cuanto a dar al joven recursos para que pudiera ajustarse a su realidad y para que tuviera posibilidades de seguir haciéndolo más tarde.

Un adolescente no es cualquiera que tiene dieciséis, diecisiete o un par de años más.

Un adolescente, en sentido estricto, es un joven que ha tenido la experiencia de su soledad, de su yo cambiante y absurdo.

Conoce la experiencia del tiempo como un continuo y la insuficiencia de la lengua para expresar sus estados de ánimo: hábiles al máximo, inesperados, imprevisibles, sorprendentes muchas veces, terribles de vez en cuando.

Hoy día, que los jóvenes han de esperar a hacerse adultos, a ser considerados como tales varios años, tienen tiempo para ser adolescentes, pero no siempre consiguen llegar a serlo, ni siempre consiguen superar las dificultades que esta etapa de desarrollo conlleva.

Por eso, mi tema une Literatura y Salud Mental. En él atenderé a los tres ámbitos de la salud mental:

Procurar el desarrollo al máximo

La higiene mental en su concepto de prevención

La terapia

 Cuando se habla de desarrollo en términos de salud, o en cualquier otro,  nos referimos al desenvolvimiento de las capacidades del individuo para que pueda ajustarse al medio, a los medios en los que tenga o pueda vivir.

El medio del hombre, el que permanece siempre ahí- sean cuales sean las condiciones de su vida- ES ÉL MISMO.

Por olvidar esto, olvidamos que esa famosa frase de “educar para la vida” ha de ser ante todo EDUCAR PARA VIVIR CON UNO MISMO.

               

 

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